Hoy se ha publicado una entrevista en el diario "El Mundo" en el que Manuela nos habla de su trayectoria como actriz, de cómo ha llegado a donde está y cómo se siente en las tablas. Podéis ver el vídeo de la entrevista haciendo click aquí.
Se presentó al gran público de una forma terrorífica y tan bien lo hizo que se llevó bajo el brazo el Goya a la mejor actriz revelación. Manuela Velasco, vaqueros, suéter a rayas y larga melena rubia, va pasito a pasito tomando posiciones sobre el terreno. 'REC' (2007) la lanzó a la alfombra roja y ahora no hay quien la saque de ahí.
Pregunta.-¿Cuándo se deja de ser actriz revelación?
Cuando te dan el Goya, ya inmediatamente caduca. Diría que se deja de ser enseguida.
- Ficha
- En la barra de... el Café del Español
- Lo mejor del lugar: El ambiente y que tienen una pantalla para seguir las representaciones.
- Recomendación: Tomarse un café antes de entrar a la función
- El mejor momento para ir: Cualquiera
Quedamos en el café del Teatro Español. Café con leche para acompañar la charla. En un par de horas se sube al escenario de nuevo. 'Todos eran mis hijos', obra de Arthur Miller dirigida por Claudio Tolcachir, le ha dado su primera gran oportunidad sobre las tablas. Una historia donde la moral, el remordimiento y los fantasmas azotan a la sociedad americana tras la II Guerra Mundial. "He descubierto el gran respeto que tengo al público. Aquí no puedes hacer trampas". Está emocionada en su papel de Ann, un personaje complejo al que le ha costado "defender en el escenario".
P.-¿Qué le asusta?
Uf... Muchas cosas, pero una de las que más y más tiempo dura es volar. Dejé un programa porque querían que subiera en globo.
Licenciada en Historia del Arte, antes de dar un golpe en la mesa y decir aquello de 'Mamá quiero ser artista', tuvo una vida terrenal. "Fui al colegio, al instituto, a la universidad, hice una Erasmus...". Tras un debut temprano en la 'La ley del Deseo' (1986) -era Ada-, sus padres optaron por apartarla de los focos hasta nuevo aviso.
P.-Comenzar la carrera con Almodóvar, ¿no es un poco empezar la casa por el tejado?
Totalmente (risas). Hay quien me dice si tú ya has sido 'chica Almodóvar'... Pero entonces no sabía ni quién era. Me lo pasé bomba, pero no sabía lo que hacía.
P.-¿Le ha agradecido o le ha reprochado a sus padres aquella decisión?
Depende del día (risas). La mayoría de las veces se lo he agradecido.
Aún recuerda -se pone seria- cómo decidió, "siendo ya mayorcita", que lo suyo era la interpretación. "Cuando llegué de Londres, hice una prueba para el Museo Thyssen". Cuenta que prepararla fue "brutal". "Tenía que conocer la colección, te hacían un examen muy complicado, te pedían idiomas". Y superado todo esto pasabas a trabajar... en el ropero. "Estuve mucho tiempo ahí. Luego ibas a taquilla y quizá después a vender souvenirs a la tienda". La rutina pudo con su ánimo y se puso a estudiar de nuevo.
P.-Tener una tía famosa, ¿es un marrón o una bendición?
Tener una tía como la que tengo es una bendición, pero es un poco marrón en el sentido de que a veces he tenido la sensación de que podía interesar a cierta prensa por la gracia de ser sobrina de Concha Velasco y no por mi trabajo.
Tiene Manuela Velasco un toque cómico -en el mejor de los sentidos- que la hace cercana al poco tiempo de conocerla. Saluda a todo el que pasa cerca de la mesa donde estamos y, a la mayoría, los conoce por su nombre. "Sí, soy futbolera, de Real Madrid", suelta de repente.
P.-¿A qué o a quién le metería un gol?
Al paro.
Sabe que en su profesión la historia se escribe día a día. Que hay temporadas de bonanza y también de subirse por las paredes porque no llega un guión. Pero ella trata de pensar siempre en positivo. "Hago lo que he elegido".
P.-¿Qué tiene la alfombra roja que tantas pasiones despierta?
Vende ilusión. Cuando la pisé la primera vez, me pareció terrorífico. Pasé tantos nervios y había tantos periodistas que estaban ahí para ver si tenías una mancha o se te bajaba algo, se movía tanta cosa que no tenía nada que ver con el cine... Me pareció de una agresividad tremenda, no me lo imaginaba así.
Vive un momento dulce, arropada en el escenario por pesos pesados como Carlos Hipólito y Gloria Muñoz -hasta el 31 de octubre representan en Madrid-, y con una gira a la vuelta de la esquina. "Quiero conocer muchos teatros y muchos públicos". También se deja ver en la serie 'Aguila Roja'. Y tiene tiempo para encontrar el equilibrio practicando yoga.
P.-¿Qué comida del día le gusta más?
El desayuno. Soy adicta al café y cuando duermes son muchas horas sin café.
Una vez preparado le gusta volver a la cama a leer. "Es cuando más rindo para estudiar". Admiradora de Picasso -'Las señoritas de Avignon' le fascina- y Miguel Ángel -"Es el artista más completo", a la hora de tomarse unas copas, tiene claro a quién elegiría como su compañero de fiesta: "Ernesto Alterio, es la persona más surrealista divertida que conozco".
La verdad es que Manuela es un cielo, muy cercana, siempre respondiendo las preguntas con entusiasmo. Y sí, la cafetería del Teatro Español es un lugar estupendo, se respira el aire mágico que tienen todos los teatros. Es un sitio para mezclar culturas, acercarte al resto del público y a los actores.
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